martes, 30 de agosto de 2011

La nueva propuesta educativa


          Como todos sabemos, en los últimos años, la tecnología ha crecido y avanzado de una manera inmensa: hoy en día, a través de los diferentes objetos electrónicos que fueron haciendo su aparición en el mercado, nos es posible realizar infinidades de acciones que de seguro hace una década atrás no se encontraban ni en el sector más profundo de nuestra imaginación. Pero sin embargo, lo más increíble y lo más sorprendente o llamativo de esta revolución es, a mi parecer, el gran cambio o innovación que se estuvo gestando durante este último tiempo: la introducción de lo tecnológico en el ámbito o en el espacio físico más elemental o esencial de la existencia de todo ser humano; el aula. Como todo cambio, esto tiene sus beneficios y sus perjuicios: con esta nueva tendencia, se podrá acceder a cualquier tipo de información de una manera mucho más fácil que antes, las bibliografías obligatorias podrán ser establecidas en archivos digitales y tanto los docentes como los alumnos podrán mantenerse en contacto e intercambiar información de un modo más dinámico; pero también, esta inclusión de la pc dentro del salón de clases puede provocar distintos tipos de situaciones difíciles de manejar, como por ejemplo la distracción constante de los alumnos debido a libre acceso a las redes sociales o a cualquier tipo de información ajena al contexto escolar, terciario o universitario. Pero en fin, más allá de estas cuestiones, estoy completamente de acuerdo con esta nueva ideología: siempre y cuando se pueda controlar a los alumnos, me parece que esta decisión ayudará y fomentará en gran magnitud la educación argentina.

lunes, 22 de agosto de 2011

El escrbir

           Cuando emprendemos la gran tarea de escribir nos surge la duda acerca de qué tema podemos tratar. Si bien disponemos de una variedad infinita de contenidos a desarrollar, la incógnita se relaciona con la trama, el título, los argumentos, valoraciones y notas al pie, entre otras cuestiones  que componen el texto.
          Se presenta también el dilema de la originalidad, cuan originales resultamos ser al escribir sobre determinado tema: qué podemos decir que no se haya dicho, qué vocabulario utilizar, qué conceptos resaltar, cuál es la idea central, etc.                                                      
           Desde el momento que aprendemos a leer y a escribir, ya podemos considerarnos ¨aptos¨ para ser llamados ¨escritores¨. Claro está que el asunto será definir sobre qué vamos a escribir. Citando al querido Ernesto Sábato: ¨Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras, a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas¨.  Aquí podemos distinguir – según Sábato – dos clases de escritores: buen escritor y mal escritor. La correcta elección y uso de las palabras diferencian uno del otro. La simpleza del vocabulario facilita la comprensión y aviva el mensaje. Los requisitos para ser un buen escritor dependerán no sólo de lo que se quiere transmitir sino en la forma que lo presentemos al lector. 
          Según el diccionario de la Real Academia Española, escribir significa: ¨Representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie¨. En los últimos tiempos, quizás el papel no sea el medio más frecuente debido a la aparición de las redes sociales, por ejemplo. No obstante, el concepto siempre es el mismo: representar las ideas, es decir, lo que pensamos. No importa cuál sea la vía que se utilice mientras no se pierda el buen hábito de la escritura.                                               
         Los beneficios de escribir son numerosos: favorece la creatividad, ayuda a fijar conceptos, organiza y jerarquiza nuestras ideas y hasta puede resultar una terapia para disminuir el estrés diario.                      
Cuando escribimos nos estamos comunicando y ello es una razón más que válida para no perder de vista esta práctica.
                                                                                                    

“El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más fuertes después de una gran dolor.”



            Esta frase del gran escritor ruso Fiodor Dostoievsky refleja y sintetiza, desde mi punto de vista, una de las verdades más grandes que se hace presente a lo largo de la vida. Al leerla una y otra vez, al repetirla incesantemente, voy dándome cuenta de que lamentablemente tiene un carácter verídico que no se puede negar: a lo largo de nuestra existencia, es “necesario” y es inevitable vivir o atravesar situaciones dolorosas e irreversibles que nos conducen a la desesperación y a la resignación; al sentimiento prematuro de que nada tiene sentido o de que nada puede estar peor o a la sensación de que la vida nos ha castigado profundamente sin ningún argumento para justificar dicha acción. Pero es aquí donde justamente Dostoievsky nos brinda una reflexión tan importante, que quizá, pueda ayudar a apaciguar un poco o a extinguir medianamente ese “fuego” que se encuentra en las raíces de nuestros espíritus cuando estos factores se introducen en nuestra cotidianidad: este novelista de personajes tan particulares indica explícitamente que dichos factores que nos “sumergen” en lo irremediable o en lo irrecuperable, algunas veces (y quiero creer que en la mayoría) nos ayudan a fortalecer nuestro espíritus o a convertir nuestros cuerpos en una coraza impenetrable donde ya nada puede ingresar. Nos dañan pero no nos matan, nos castigan pero no lo suficiente como para conducirnos a la rendición, pero por sobre todas las cosas nos transforman radicalmente y nos indican el camino para encarar o mirar de una manera diferente a la vida.

miércoles, 17 de agosto de 2011


Sujeto Tácito

¨Yo, Tú, Él, Nosotros, Vosotros, TODOS…¨

                    
      Por medio de este ciberespacio, ¨Sujeto Tácito¨ propone la integración de todo tipo de textos literarios, criticas, opiniones, reseñas, crónicas y pensamientos del día.   
       Aquí, se sugiere la participación de todos aquellos que tengan deseos de expresarse por escrito. No hay un protagonista y no hay un único punto de vista. Lo interesante serán las relaciones que se establezcan a través de las publicaciones y comentarios de TODOS
      Sujeto Tácito plantea el intercambio fluido de diversos contenidos culturales y presentaciones de materiales didácticos con el objeto de crear vínculos de conocimiento y, por sobre todas las cosas, reforzar la tarea de pensar y escribir.
       Se apunta al trabajo en conjunto y a la difusión de ideas que colaboren en el crecimiento de este blog. La libertad en cuanto a la elección de los temas a desarrollar es una de las oportunidades que presta nuestro espacio.                                                                                        
        Es un compromiso la actualización del sitio, es decir, cada semana contará con nuevas publicaciones y también con devoluciones a los aportes de todos aquellos que hayan escrito.  Agilizar la tarea de escribir, convertirla en un hábito y poder compartirla es uno de los objetivos de Sujeto Tácito. Aceptar la crítica constructiva del otro también lo es.
       Sin la colaboración de ustedes no será posible lograr estos cometidos y otros tantos que surgirán en el camino…
       Yo, Tú, Él, Nosotros, Vosotros, TODOS somos sujetos activos y en este espacio, seremos parte de SUJETO TACITO.
        ¡Bienvenidos y manos a la obra!